A todos nos ha pasado alguna vez, especialmente en situaciones de estrés o presión social: queremos decir una frase o expresar una idea, la tenemos clara en la cabeza, pero “nos atascamos” al hablar. Puede ocurrir que no podamos empezar la frase, que arrastremos o repitamos una sílaba (por ejemplo: ssssssí-laba, o sí-sí-sí-sílaba) o que entre medias de una palabra y la siguiente nos encontremos a nosotros mismos repitiendo «ehhh…» o «esto…» o sonidos similares. Las personas que padecen tartamudez son las que experimentan estos problemas de forma habitual. Se calcula que la tartamudez afecta a una de cada cien personas en todo el mundo.


¿Es una enfermedad la tartamudez?
No, es un trastorno del habla, no afecta a la salud de la persona que la padece, aunque puede ocasionar malestar psicológico y social. Durante mucho tiempo no se ha conocido la causa de la tartamudez, pero investigaciones recientes han mostrado que algunas conexiones entre centros clave del lenguaje en el cerebro de las personas que tartamudean son diferentes a las de la población general. Por tanto, la tartamudez podría deberse a una alteración en el desarrollo de una o varias zonas específicas del cerebro.
Sabemos también que hay una influencia genética, y que dos de cada tres personas con tartamudez tienen otros miembros en la familia con el mismo problema. Los varones sufren esta condición con más frecuencia que las mujeres.
En la mayoría de los casos, la tartamudez afecta a personas sanas que empiezan a mostrar este problema durante la etapa del desarrollo del lenguaje. Sin embargo, la tartamudez puede aparecer bruscamente en personas como resultado de un traumatismo craneal, un infarto o hemorragia cerebral o una enfermedad neurológica. Un trauma emocional puede producir también tartamudez repentina.
La musicoterapia es una opción muy interesante en la rehabilitación de las personas con tartamudez
¿Es verdad que los niños suelen tartamudear más?
La forma más frecuente de tartamudeo empieza en la infancia, alrededor de los 3-4 años, en la época en que los niños y niñas empiezan a construir frases largas y a hablar con más fluidez. La tartamudez puede afectar hasta un 5% de los niños y niñas en algún momento, un gran porcentaje de ellos será capaz de superar este problema, solos o con ayuda profesional.
Estrés social: ¿causa o consecuencia de la tartamudez?
La tartamudez ocurre en personas predispuestas genéticamente. Aunque no está causada por ningún factor externo, el estrés social o un trauma psicológico pueden empeorar la tartamudez o desencadenarla en una persona predispuesta. Tartamudear suele generar ansiedad y baja autoestima. Por tanto, es habitual que la persona que sufre este problema evite hablar en público, comunicarse con personas fuera de su ámbito familiar, rechazar oportunidades académicas o laborales o conocer a gente nueva. Este aislamiento agrava la ansiedad social y la falta de autoestima y en consecuencia cronifica el tartamudeo.
¿Se puede curar la tartamudez?
La alteración en el cerebro que da lugar a la tartamudez no desaparece nunca, pero la terapia con un buen logopeda puede mejorar mucho la fluidez del habla y lograr que la tartamudez sea imperceptible. Se han desarrollado muchos métodos, y elegir uno u otro dependerá de la gravedad del problema, del tipo de personalidad y otras circunstancias. Es esencial también tratar los aspectos psicológicos que se asocian a la tartamudez, ya que reducir la ansiedad facilita automáticamente el habla.
La mayoría de personas con tartamudez son capaces de cantar y recitar sin problemas, ya que los circuitos cerebrales que regulan el canto y el habla son algo diferentes, lo que hace a la musicoterapia una opción muy interesante en la rehabilitación de las personas con tartamudez.
Mantener un ambiente distendido y relajado alrededor de la persona que tartamudea es la mejor forma de ayudarla
Cuanto más precozmente empecemos a tratar la tartamudez mejores, resultados lograremos. En parte esto es debido a que al evitar muchas de las experiencias sociales desagradables que experimentan las personas que tartamudean con el paso de los años, se previene gran parte de la presión psicológica y social a la que están sometidas estas personas.
¿Cómo ayudar a una persona que padece este problema?
Mantener un ambiente distendido y relajado alrededor de la persona que tartamudea es la mejor forma de ayudarla a que se sienta segura y relajada y que exprese con más claridad y fluidez. Habla lentamente, escucha con paciencia y atención, no corrijas sus palabras ni interrumpas para completar la frase.
Y, sobre todo, no contribuyas con burlas ni bromas a la estigmatización social que han sufrido tradicionalmente estas personas. Nadie debería sentirse avergonzado por un problema que escapa a su control.
Autora: Miriam Martínez Biarge, Médico Pediatra, www.creciendoenverde.com
Suscríbete a la Newsletter y recibe El Botiquín Natural gratis cada mes en tu correo
El Botiquín Natural, Prensa Independiente y Gratuita
Leer El Botiquín Natural Septiembre 2022