La acidez estomacal es una molestia en el estómago o en el esófago y que incluso puede irradiarse hacia el cuello o la garganta, que afecta a una gran parte de la población, tanto a hombres como a mujeres. Cuando los síntomas son puntuales y leves se puede recurrir a remedios naturales o a alguna medicación sencilla como los antiácidos clásicos como el bicarbonato.


Las causas
Pero, a veces, la acidez conlleva problemas más graves y surgen complicaciones como en el caso del reflujo gastroesofágico, la gastritis o las úlceras gástricas. En estos casos más complicados es necesario valorar qué está sucediendo y en muchas ocasiones se suelen prescribir fármacos más complejos como los inhibidores de la bomba de protones y los bloqueadores de los receptores H2.
Las principales causas son:
- Reflujo gastroesofágico
- Gastritis
- Úlceras gástricas
- Indigestión
- Ingesta elevada de alcohol
- Tratamiento con determinados fármacos
El reflujo gastroesofágico se presenta cuando el alimento o los líquidos se devuelven desde el estómago hasta el esófago. El material parcialmente digerido es ácido e irritante para el esófago, por lo que ocasiona con frecuencia acidez y otros síntomas. La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una afección más grave y duradera en la que, con el tiempo, el reflujo gastroesofágico causa síntomas repetidos o complicaciones como el esófago de Barret o el cáncer de esófago. El reflujo se puede producir puntualmente por una ingesta exagerada de comida, por estrés, etc., o se puede producir de forma habitual (en la ERGE) normalmente por un problema en el esfínter esofágico inferior, que no acaba de cerrar bien y no hace el efecto barrera entre el estómago y el esófago.
Siempre hay que consultar al médico o farmacéutico antes de automedicarse en caso de embarazo, lactancia, hipertensión arterial o cuando se estén tomando otros fármacos
En el caso de la gastritis y las úlceras gástricas se han producido ya lesiones en la mucosa estomacal que producen dolor y sensación de ardor o acidez. Son problemas que deben tratarse para que la estructura protectora de la pared estomacal se recupere y desaparezca la sintomatología. Además, es importante dar con la posible causa que originó el problema para evitarlo en el futuro.
Pero la acidez también puede ser puntual por el efecto de una comida excesiva o del consumo de alcohol o ser un efecto secundario de ciertos medicamentos, como, por ejemplo, los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), algunos antidepresivos como la amitriptilina, los bifosfonatos para la osteoporosis como el alendronato, o algunos fármacos para tratar la hipertensión arterial como el amlodipino.
Sales con efecto antiácido
Su función es la de neutralizar el exceso de ácido secretado por el estómago, responsable de la sensación de ardor o pirosis. El antiácido debe mantener el pH en ciertos valores durante un cierto tiempo, por lo que la velocidad de acción de los antiácidos es importante. Para hacer bien el proceso de digestión, el pH del estómago debe estar comprendido entre 3,5 y 4. Si el pH es superior, la digestión será más lenta y es cuando tenemos la sensación de pesadez de estómago, por eso los antiácidos deben mantener la acidez estomacal en torno a un pH ideal de 3,5.
Bicarbonatos
El antiácido más popular y clásico es el bicarbonato sódico. Su acción es rápida y potente, pero su efecto dura poco tiempo y su utilización solo se recomienda puntualmente, pues si se hace habitualmente se produce un efecto secundario que es una superproducción de ácido clorhídrico en el estómago para compensar lo que ha sido neutralizado por el bicarbonato. Por eso, no debe usarse más de 2 semanas de forma continuada. Y, además, es necesario tener en cuenta que, como contiene sodio, debe ser utilizado con precaución por las personas que necesiten controlar su ingesta ya sea por problemas de hipertensión o por problemas renales. Se puede tomar ocasionalmente y debe tomarse con agua, no con leche, siempre después de las comidas (entre 1 y 3h más tarde) y si es necesario, antes de acostarse.


También se usa el carbonato cálcico, pero, aunque es un remedio potente que actúa con rapidez, también produce efectos secundarios, entre ellos el más importante el estreñimiento.
Más sales habituales
Otros remedios habituales son las sales de aluminio y de magnesio que son menos potentes que el bicarbonato sódico y el carbonato cálcico, pero su acción es más prolongada y producen menos efectos secundarios. Pero también actúan en la función intestinal de manera que las sales de aluminio producen estreñimiento y las de magnesio son laxantes, cosa que se debe tener en cuenta si pensamos en tomarlos. Para contrarrestar los efectos sobre el intestino, estas sales suelen formularse combinadas, especialmente las sales de magnesio en combinación con las de aluminio y calcio.
La famotidina puede causar algunos efectos secundarios como cefalea, mareos, estreñimiento y diarrea
En general, los efectos secundarios más frecuentes son: estreñimiento, diarrea o efecto laxante, sed y calambres en el estómago. Muchos de estos medicamentos se presentan como pastillas masticables para que actúen con mayor rapidez. Es importante tener en cuenta que los antiácidos no deben administrarse a niños menores de 6 años y siempre hay que consultar al médico o farmacéutico antes de automedicarse en caso de embarazo, lactancia, hipertensión arterial o cuando se estén tomando otros fármacos.
Otros medicamentos contra la acidez
En los últimos años se han desarrollado otros fármacos capaces de ayudar a neutralizar la acidez con otros mecanismos de acción diferentes a los anteriores. Se trata de los agentes que bloquean los receptores H2 y los inhibidores de la bomba de protones que reducen la cantidad de ácido producido por el estómago y producen un alivio más prolongado de los síntomas.
Famotidina y otros bloqueadores de los receptores H2
Los bloqueadores de los receptores H2 bloquean las acciones de la histamina a nivel de los receptores que están en las células de la pared del estómago, produciendo así una disminución en la producción de ácido del jugo gástrico. Entre ellos se encuentran la cimotidina, ranitidina y famotidina que se usan para tratar las úlceras debidas a la acidez. La famotidina se vende de forma libre, sin prescripción médica, y se emplea para prevenir y tratar los síntomas de la pirosis (acidez estomacal) asociados con la indigestión. Normalmente se presenta en forma de tabletas solubles, cápsulas y solución líquida para tomar por vía oral. Se puede tomar con diferentes pautas, o bien una vez al día al acostarse o bien de 2-4 veces al día, 15-60 min antes de comer alimentos o tomar bebidas que causan la acidez. No debemos tomar famotidina sin prescripción más de 2 semanas y si los síntomas persisten debemos consultar al médico. La famotidina puede causar algunos efectos secundarios como cefalea, mareos, estreñimiento y diarrea.
Entre los inhibidores de la bomba de protones, que actúan bloqueando la producción de ácido en el estómago, el fármaco más representativo es el omeprazol
Omeprazol
Entre los inhibidores de la bomba de protones, que actúan bloqueando la producción de ácido en el estómago, el fármaco más representativo es el omeprazol. Es muy potente reduciendo o casi eliminando las secreciones ácidas del estómago y se usa muy habitualmente, por ejemplo, en situaciones como las gastritis, la prevención de la gastritis durante el tratamiento con ciertos fármacos como los AINEs o en combinación con otros medicamentos (antibióticos) para eliminar la bacteria Helicobacter pylori, que provoca úlceras. Suele presentarse en cápsulas de liberación prolongada y se administra normalmente una o dos veces al día, antes de alguna de las comidas, en dosis diarias de entre 20-40mg. Como efectos adversos, el omeprazol puede provocar dolor de estómago, diarrea, mareos, sarpullido leve, estreñimiento y tos. Otro fármaco similar es el lansoprazol que presenta una alta eficacia en la prevención de úlceras inducidas por AINEs, en el tratamiento de mantenimiento de la ERGE, en el tratamiento agudo de la úlcera duodenal y úlcera gástrica, y en la erradicación de H. pylori.
Es importante hacer un uso adecuado de estos fármacos y tener en cuenta que los antiácidos pueden interferir en la absorción del magnesio y de la vitamina B12, con lo que es importante tener esto en cuenta cuando los tratamientos se llevan a cabo a largo plazo. En estos casos puede ser necesario una suplementación con estos nutrientes.
Autora: Dra. Laura I. Arranz, Farmacéutica y Dietista – Nutricionista
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