La Acupuntura es una de las técnicas que forman parte de la Medicina Tradicional China–MTC, junto con la moxibustión, las ventosas, el Tui Na y la Fitoterapia. La práctica de la Acupuntura consiste en la inserción de agujas de acero en unos determinados puntos de acupuntura. Estos puntos están situados dentro unos canales o meridianos para mejorar o restablecer el bienestar. Los meridianos transportan el qi o energía impulsora y generadora que circula por nuestro organismo.

Para entender la acupuntura debemos conocer sus orígenes:
- Prevención: antiguamente el emperador pagaba a sus médicos para el mantenimiento de su salud. Si enfermaba, era el médico el que pagaba al emperador.
- Observación de la naturaleza: entender cómo funciona la naturaleza también permite entender el cuerpo y qué lo desestabiliza. Las primeras señales de desequilibrio suelen ser pequeños síntomas, que si se ven y re-equilibran al inicio, se evita que se transformen en enfermedad. El bienestar depende del equilibrio dinámico entre el exterior y el aspecto físico, mental, emocional y espiritual.
Los meridianos son una red energética que comunica y recubre nuestro cuerpo. Hay 12 meridianos principales y cada uno se relaciona con un órgano–víscera y una emoción. Cada par es más activo en una estación concreta. Cuando hay un desequilibrio, la energía deja de circular de manera fluida. Esto afectará a algún meridiano en concreto y a su órgano correspondiente.
Para hacer la valoración energética, el acupuntor mira el pulso, la lengua, y pregunta si hay cambios en el descanso, en la piel, el color de la orina, digestiones, etc. Así sabrá cuáles son los meridianos afectados, si el qi está bloqueado, en exceso o en falta, y cómo equilibrarlo. Para elegir los puntos, hay que observar la interrelación de los meridianos más allá del lugar físico del malestar. Por ejemplo: trastornos cíclicos y repetitivos: asma, eczemas y trastornos intestinales. En acupuntura, el pulmón está relacionado con la piel y el intestino grueso. Si tapamos el síntoma del asma sin ir a la raíz, el desequilibrio pasará al órgano relacionado que es la piel y luego al intestino grueso.
La OMS reconoce sus efectos en: trastornos psicosomáticos (estrés, ansiedad, insomnio…), disfunciones femeninas (dolores y trastornos del ciclo menstrual, menopausia…) trastornos respiratorios (alergias, bronquitis, asma…), aparato músculo-esquelético (lumbalgias, ciática, tendinitis, artritis, contracturas…), aparato gastrointestinal (estreñimiento, diarreas, gastritis, colon irritable…), aparato neurológico (dolor de cabeza, migrañas, neuralgias del trigémino, parálisis facial iniciales…), disfunciones metabólicas, oculares (ojos secos…), de la boca (gingivitis, faringitis…), piel (eczema, psoriasis, herpes…), infertilidad, paliación de efectos secundarios de la quimioterapia, etc.
En resumen, la acupuntura es útil para cualquier tipo de patologías. En la mayoría de ocasiones reduce o elimina el dolor, puede disminuir los síntomas o eliminar la patología, según el caso. En un estado de desequilibrio de años necesitamos tiempo para que el organismo se regenere. En casos agudos tipo una lesión, un dolor, los efectos son rápidos, en cambio, si el desequilibrio es crónico, harán falta meses para lograr la recuperación.
Autora: Elisenda Codina, Diplomada en Medicina Tradicional China por la Escuela Superior de MTC y por CENAC. Naturópata y Homeópata
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