La aparición de problemas en las encías está asociado con ciertas enfermedades como la diabetes, la osteoporosis, las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, entre otras y pueden ser la causa y la consecuencia al mismo tiempo. No se trata de vivir con miedo, al contrario, es una información a la que tenemos que prestar atención y crear un ritual de higiene oral muy cuidadoso.

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Boca inflamada, cuerpo inflamado

Una inflamación en la boca es una señal de alarma de inflamación en el cuerpo. No tenemos que tener pánico a la inflamación, ya que es un sistema de autodefensa del cuerpo. Tenemos un cuerpo sabio: solo necesitamos confiar en él, respetar su tiempo y no sabotearlo con medicamentos, antiinflamatorios y drogas para «desconectarnos» de lo que nos sucede para, así, no afrontar la vida con consciencia. La inflamación aguda tarda entre 1-4 días para resolverse por sí sola en función del tejido en el que se ha producido. Se considera que, si el umbral del dolor no supera el 7 sobre 10, no tendríamos que medicarnos con farmacología química. Es más, a mayor inflamación, mejor está respondiendo el cuerpo y más reparación del tejido se está produciendo.

Si te sangran un poco las encías después del cepillado, nos puede indicar el inicio de un desequilibrio microbiano en la boca y una respuesta del sistema inmunitario exagerada. Una inflamación aguda no atendida y mantenida en el tiempo provocará la proliferación de estas bacterias y nos conducirá a un proceso de inflamación crónica. Cuando la encía sangra, poco o mucho, nos indica que esta inflamación necesita ser atendida y es el inicio de una proliferación de microorganismos.

Una inflamación en la boca es una señal de alarma de inflamación en el cuerpo

La enfermedad periodontal sucede cuando se ha cronificado una inflamación sostenida en el tiempo y progresa con la destrucción del epitelio inducido por las toxinas resultado de la actividad inflamatoria, inmunológica y humoral. La consecuencia es un desequilibrio del sistema inmunitario. Podemos abordar este problema de dos maneras:

  • Con antibióticos: Sabiendo que atacan a todas las bacterias, a las buenas y a las malas… y nos quedará el terreno desértico y pobre…
  • Con probióticos: Colonias bacterianas «beneficiosas» para repoblar el organismo de una manera eficaz. Los alimentos fermentados son un elemento clave.

Así vemos claro que la salud bucal e intestinal van de la mano: si una padece, la otra, también. De la misma manera que si una goza de buena salud, la otra también la tendrá. Y como que en el intestino se localiza gran parte de nuestro sistema inmunitario, una boca sana también significa tener una buena inmunidad.

El estrés, el descanso, la energía con la que encaramos el día, el ejercicio físico y el contacto con la naturaleza son otros de los factores que tenemos que considerar.

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Los micronutrientes clave para la salud de las encías

  • La vitamina C: es la vitamina por excelencia para favorecer la salud gingival. Su carencia puede provocar la aparición del sangrado de encías u otras enfermedades gingivales. La podemos encontrar en los cítricos, como las naranjas, los kiwis, las fresas, el tomate o el pimiento rojo, y destaca por su poder cicatrizante.
  • Vitamina D: la obtenemos principalmente a partir de la exposición solar (ya hemos hablado de ella anteriormente).
  • Coenzima Q10: gran antioxidante, la encontramos en los frutos secos, en los aceites vegetales, en las crucíferas…
  • Complejo B, especialmente el ácido fólico (vitamina B9).
  • Omega-3: básico para el control de la inflamación.
  • Dieta rica en grasas saludables saturadas e insaturadas para mantener la salud gingival y para evitar el riesgo de diabetes tipo 2.

La diabetes tipo 2 y la patología gingival suelen ir a menudo de la mano. Si la diabetes no se diagnostica y evoluciona, se producirá un desequilibrio en el cuerpo (una alteración del terreno) que puede comportar infecciones agudas al principio y que, si evolucionan, conducirán al deterioro de las encías y a la pérdida de los dientes.

Fue en los años ochenta- noventa cuando empezó la moda de los alimentos bajos en grasa (lo mismo sucedió con la moda de tomar el sol y quemarse, pero este es otro tema en el cual no entraré en este momento).

Si tienes una gran inflamación, un buen remedio es enjuagar la boca con agua de mar o agua tibia con sal (salmuera)

Tal vez recuerdes ir a buscar la leche a casa del lechero en tu infancia. Esa era una leche que se tenía que hervir para poder consumirla y en la que se formaba una capa de nata que desprendía un olor muy intenso. De repente, en la mayoría de las casas, se cambió aquella leche por otra leche descremada que se vendía en un tetrabrik: una leche de consistencia aguada que, evidentemente, no presentaba las mismas propiedades que la leche entera.

Más adelante, nuestra nevera se empezó a llenar de productos light (yogures 0% grasa, mermelada light, mayonesa light). Todos estos productos entraron a formar parte de la mayoría de las neveras y causaron tal impacto que, incluso hoy en día, muchas personas continúan consumiéndolos. De hecho, hay tantas personas que siguen cegadas por la gran estrategia publicitaria planificada por la gran industria, la que todo lo controla, que no será fácil cambiar esta mentalidad, pero seguiremos intentándolo.

La gran industria alimentaria y publicitaria ha hecho creer a muchas personas que, si quieren adelgazar, lo pueden hacer comiendo productos desnatados, una idea totalmente errónea, pero muy difícil de alejar de la mente humana.

Será muy difícil cambiar esta mentalidad, pero los estudios y la devaluación de la salud lo demuestran cada día y qué casualidad que, a partir de ese boom industrial, empezó a aumentar exponencialmente la diabetes tipo 2.

Los productos bajos en grasa no dejan de ser procesados y contienen azúcares simples, aquellos que debemos evitar

¡Los productos light no son gratuitos! Los productos bajos en grasas son altos en azúcar o en edulcorantes químicos. Si consumimos estos productos de una manera continuada, la glucosa dispara el nivel de azúcar en sangre, se segrega insulina y se almacena grasa.

Sí, lo has entendido bien: consumir azúcar es lo que nos hace engordar, no consumir grasas (siempre me refiero a las grasas saludables y completas, no a las de mala calidad y procesadas). No me refiero a los azúcares que están en la naturaleza. Todos ellos son complejos: una zanahoria o una manzana ecológica con su piel son fantásticas para nuestra dieta. Los productos bajos en grasa no dejan de ser procesados y contienen azúcares simples, aquellos que debemos evitar.

Si consumes cada día productos bajos en grasa, también consumes productos altos en azúcares. Por lo tanto, te animo a comenzar a alimentarte de alimentos enteros, completos, que hayan sufrido la mínima manipulación posible y notarás cómo tu cuerpo lo empieza a agradecer.

Remedios naturales para combatir la inflamación de la encía

  • Enjuague de plántago mayor, malva y caléndula: una cucharada de café de cada planta seca (o dos en el caso de ser fresca) en infusión con medio litro de agua.
  • Masaje con aceite vegetal (de oliva, sésamo, de coco) mezclado con esencia de mirra y de salvia para realizar masajes sobre las encías.

También podemos picar hojas de plántago mayor y frotarlas sobre las encías directamente.

Si tienes una gran inflamación, un buen remedio es enjuagar la boca con agua de mar o agua tibia con sal (salmuera). Al principio, conviene enjuagar cada hora durante los dos primeros días y, al cabo de media hora, opcionalmente puedes aplicar acorbato de sodio en polvo en las encías. Transcurridos estos dos días, únicamente tienes que mantener la rutina de enjuague de dos veces al día hasta que creas que el estado gingival ha mejorado.

Autora: Clara Tarragona, Odontóloga integrativa y máster en medicina naturista.

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