Unas de las bebidas más consumidas en el mundo son los refrescos con gas y las cervezas. En España, el consumo de estas bebidas ha ido en aumento en los últimos años. Dentro de ellas, las bebidas más consumidas son las bebidas de cola que representan el 55% de todos los refrescos, seguidas por los refrescos de naranja que tan solo significan el 11%.

bebidas con gas
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Las diferencias por zonas también son muy señaladas, siendo Baleares donde se da un mayor consumo, 59 litros por persona y año y en el otro extremo la Rioja que no llega a los 20 litros. También existen bebidas alcohólicas con gas, como la cerveza y el cava o espumosos. El consumo en adultos de cerveza es de algo más de 50 litros por año y el de cava o espumosos, es bajo, no llega a 1 litro al año. Todas ellas son mayoritariamente bebidas sociales, el consumo es mayor en bares y cafeterías que en domicilios.

El consumo de agua con gas en nuestro país va ganando popularidad, pero su consumo de 2,5 litros per cápita, aún queda lejos de los más de 70 litros por persona y año de agua sin gas.

¿Cómo afectan las bebidas con gas a la salud?

Como todo en esta vida el «veneno está en la dosis», como decía el alquimista Paracelso en el siglo XVI, y un consumo esporádico no presenta problemas, pero un consumo habitual, diario y excesivo, puede ocasionar daños en la salud.

Cierto es que los refrescos no contienen alcohol, y eso los hace más atractivos para el público infantil y juvenil. Adicionalmente la existencia de las versiones «light» sin azúcar (o con muy pocas calorías) las hace más apetecibles a las personas que quieren controlar el peso. Curiosamente muchos de los refrescos actuales nacieron en farmacias. Este es el caso de la famosa bebida de cola, que nació en una farmacia de Atlanta, Georgia. Un farmacéutico norteamericano, John S. Pemberton, en 1886, formuló un jarabe para aliviar el dolor de cabeza (se conocía como remedio para todos los males, «tónico cerebral y estimulante nervioso»), este preparado mezclado con soda fue el origen del famoso refresco mundial de cola.

Las burbujas de las bebidas con gas se producen gracias al ácido carbónico, que al ser inestable, se descompone fácilmente en agua y dióxido de carbono o anhidrido carbónico (CO2), el cual sale en forma de burbujas cuando la bebida se despresuriza (cuando se abre el envase). En la mayoría de los casos, el anhidrido carbónico (CO2) se añade directamente al líquido y, en otras bebidas, (actualmente muy pocas), se añade bicarbonato sódico para producir el CO2. El gas actúa como conservante, antioxidante y ayuda a mantener todas las propiedades de la bebida.

¿Qué componentes de las bebidas con gas pueden tener efectos negativos sobre el organismo?

Son muchos los estudios realizados sobre los posibles efectos nocivos de las bebidas con gas en las personas.

CO2: el gas suele provocar flatulencias, distención del aparato digestivo por acumulación excesiva de gases en el tubo digestivo. Los gases acumulados pueden ser de origen gástrico o intestinal. En el primer caso se eliminan por vía bucal (eructo), mientras que en el segundo se expulsan por vía anal (ventosidad). Las burbujas son agresivas e irritantes para la mucosa de todo el tracto digestivo.

La acidez de los refrescos (pH entre 2 y 4), se debe principalmente a que contienen ácido carbónico, ácido cítrico, acido málico, y ácido fosfórico. El agua sin gas tiene un pH de 7, es neutra. Sin embargo, en el agua con gas el pH es más ácido, oscila entre 3 y 5. Los refrescos con un pH más ácido son los de cola con un pH de 2,3. Esta acidez es la causante de la erosión del esmalte dental y de facilitar la caries. La cerveza tiene una acidez entre 4,1 y 4,6.

Azúcar: los refrescos son ricos en azúcar y calorías, llamadas calorías vacías ya que no proporcionan ningún nutriente. Su consumo elevado favorece la resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y obesidad. Una lata de refresco de cola (330 ml) contiene 35gr de azúcar, 140 calorías. Eso es equivalente a 7 cucharaditas de postre de azúcar o a 5 sobres de azúcar de las cafeterías. El consumo de azúcar además favorece la aparición de caries.

bebidas con gas
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Optar por versiones light o cero de refrescos con gas tampoco es la solución, ya que los azúcares refinados son sustituidos por edulcorantes artificiales, que tomados en grandes dosis alteran la flora bacteriana intestinal (varios estudios muestran que la modificación del microbiota se relaciona con la obesidad y otras patologías). Adicionalmente, algunos de los edulcorantes favorecen la producción de más gases como el sorbitol, el manitol, el isomaltitol, el maltitol, el lactitol, el xilitol y el eritritol.

Ácido fosfórico: actúa como regulador de la acidez y aporta un agradable sabor ácido a las bebidas gaseosas. Un exceso de fósforo aumenta la desmineralización de los huesos, favoreciendo la pérdida de masa ósea y volviendo a los huesos más frágiles.

Grelina: aumento de la hormona grelina. Algunos estudios muestran que el consumo de refrescos con gas estimula la liberación de esta hormona en el estómago. Esta hormona es la llamada «hormona del hambre» y su liberación aumenta la sensación de estar más hambriento.

Aumento de sodio: si la bebida contiene carbonato de sodio, incrementamos la ingesta de sodio y un exceso de sal es perjudicial para la salud, ya que puede afectar a la presión arterial.

Cafeína: no hay que olvidar que los refrescos de cola contienen cafeína, sustancia estimulante que afecta al sistema nervioso y al corazón. Una lata de refresco de cola (330 ml) contiene 35 mg de cafeína. El consumo excesivo de cafeína puede provocar dependencia, dolor de cabeza, arritmias cardíacas, insomnio y ansiedad. La cafeína favorece la incontinencia urinaria ya que irrita el tracto urinario y actúa como estimulante de la vejiga, lo que provoca un aumento de la frecuencia de la necesidad de orinar. Por otra parte, no todo es negativo, parece que cuando una persona tiene una indigestión por exceso de comida, los refrescos de cola pueden ayudarla, debido a que la cafeína estimula el vaciado gástrico.

Optar por versiones light o cero de refrescos con gas tampoco es la solución, ya que los azúcares refinados son sustituidos por edulcorantes artificiales, que tomados en grandes dosis alteran la flora bacteriana intestinal

Por último, hay que tener en cuenta que los refrescos con gas contienen gran cantidad de aditivos químicos, como: conservantes, colorantes, acidulantes, y saborizantes.

¿Qué personas deben tener más cuidado con el consumo excesivo de bebidas con gas?

Quienes deben tener más precaución con el consumo de bebidas con gas son: las personas con hernia de hiato que tengan predisposición al reflujo gastroesofágico, las embarazadas, los hipertensos, las que tengan predisposición a la flatulencia, las que padezcan migrañas, y las que tengan una insuficiencia respiratoria severa (EPOC), ya que, al tener más gas en el abdomen, éste se distiende presionando al diafragma y reduciendo la capacidad respiratoria.

Desde el punto de vista de la salud, por más deliciosos que resulten los refrescos con gas, deben consumirse con moderación, únicamente en situaciones especiales y siempre que sea posible, sustituirlos por otras bebidas más naturales. Para hidratarse o refrescarse bien en verano, recurrir al agua sin gas, zumos naturales o infusiones, añadirles hielo, una rodaja de limón y unas hojas de menta para que se parezcan más a un refresco.

En este artículo nos hemos referido únicamente a los refrescos con gas, no comentando las características de la cerveza.

Consulta a tu farmacéutico/a está muy cerca de ti. *La información contenida en esta página tiene carácter divulgativo y no pretende sustituir el consejo médico. Ante cualquier duda, consulte con un profesional de la salud.

Autora: Dra. Marta Castells, Farmacéutica

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El Botiquín Natural Agosto 2023