En esta época de tanta información disponible (y muchas veces contradictoria) en medios de comunicación y redes sociales sobre qué y qué no deben comer los niños y las niñas, es normal sentirse confuso y no tener muy claro qué aconsejar a los padres cuando nos preguntan sobre la alimentación de sus hijos. Sin embargo, los expertos sí tienen claro y están de acuerdo en las ideas principales sobre alimentación infantil, y estas se pueden consultar en las Recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría sobre Alimentación Complementaria y en las recientes Recomendaciones Dietéticas Saludables y Sostenibles de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Vamos a verlas a continuación.

Lactancia materna
No hay ninguna duda de que esta es la forma ideal de alimentar a los bebés, de forma exclusiva (solo leche) en los primeros seis meses de vida, y acompañando a otros alimentos hasta los dos años, o incluso más si la madre puede y lo desea. Si una madre está experimentando problemas con la lactancia deberíamos remitirla a una consultora certificada en lactancia materna, antes de ofrecerle una fórmula de leche artificial.
Es importante que las madres sigan una alimentación completa, por ellas mismas y para garantizar que su leche también lo es. En los meses de mayor producción de leche muchas madres se benefician de tomar un multivitamínico especialmente diseñado para este periodo.
En los meses de mayor producción de leche muchas madres se benefician de tomar un multivitamínico especialmente diseñado para este periodo
Alimentación complementaria
Alrededor de los seis meses se pueden ir introduciendo otros alimentos diferentes a la leche en la dieta del bebé, de acuerdo con su madurez general y psicomotora y sus necesidades concretas. Hasta hace unos años los pediatras insistíamos en introducir los alimentos sólidos de uno en uno y en un orden estricto. Algunos grupos de alimentos, como las legumbres o los frutos secos, no se permitía introducirlos hasta cerca del año de vida o incluso más tarde. Hoy, por el contrario, sabemos que no hay justificación para estas medidas y que, con muy pocas excepciones, la mayoría de los alimentos de la dieta familiar pueden y deben ser introducidos pronto y en cualquier orden, pues esto favorece la aceptación por parte del bebé y la tolerancia de potenciales alérgenos. ¿Cuáles son las excepciones?
- Verduras de hoja verde como espinacas, acelgas, y borraja, ya que son ricas en nitratos. Pueden probarlas ocasionalmente, pero no deben tomar más de 30-35 gramos al día (la borraja, en ninguna cantidad antes de los 3 años).
- Cualquier alimento duro y/o fibroso con el que el bebé se pueda atragantar. Los frutos secos deben ofrecerse completamente molidos o en forma de crema, y mezclados con otro alimento.
- Miel o siropes de cualquier clase, ya que pueden transmitir botulismo.
- Sal añadida, hasta el año en ninguna cantidad. A partir del año, se puede empezar a añadir una pizca a algunas comidas, siempre yodada.
- Azúcar añadido en cualquier forma, no deben tomarlo en los primeros dos años, y después, solo ocasionalmente y en muy pequeña cantidad.
- Leche de vaca o leches vegetales compradas en supermercados (cualquier leche que no sea materna o de fórmula para bebés), no deben ser ofrecidas antes de cumplir un año. Sin embargo, sí pueden tomar yogures de leche de vaca, cabra o soja naturales, sin azúcar ni edulcorantes.
- Pescados grandes ricos en mercurio, de acuerdo a las recomendaciones de la AESAN, al menos hasta los 10 años. Tampoco deben consumir estos pescados las madres embarazadas o lactantes.
- Carne de caza, puede contener plomo. Carne roja procesada (embutidos, etc.), que es un carcinógeno confirmado y no debería ser incluida en la dieta infantil a ninguna edad.
Niñas y niños más mayores
A partir de los dos años los niños ya pueden y deben comer como el resto de la familia, por lo que los consejos de alimentación deben darse a la familia en su conjunto. Si unos padres no comen bien sus hijos no van a aprender buenos hábitos de alimentación. La población española en general, y la población infantil en particular, consume una cantidad excesiva de proteínas de origen animal. Este es uno de los factores que más contribuye a la obesidad infantil; también está asociado a un mayor riesgo de enfermedades crónicas en la edad adulta, además de que supone un elevadísimo coste medioambiental.

La AESAN, es sus recientes guías alimentarias para la población española (septiembre 2022), recomienda disminuir el consumo de carne a no más de tres veces a la semana y aumentar paralelamente el consumo de legumbres, empezando por cuatro raciones semanales con el objetivo de llegar en los próximos años a siete raciones semanales (una ración de legumbres al día).
Otro de los grupos de alimentos que deberían estar más presentes en la alimentación general e infantil son los frutos secos, por su riqueza en proteínas vegetales, minerales y grasas insaturadas. La AESAN recomienda un consumo inicial de tres raciones semanales, hasta llegar a las siete (una al día). Los menores de cinco años no deben tomar los frutos secos enteros ni partidos, sino molidos o en forma de crema.
Los niños deben consumir 2-3 piezas de fruta entera al día (no zumos) y al menos una pequeña ración de verdura o ensalada en las dos comidas principales, sin contar las patatas.
No es necesario un consumo de productos lácteos tan alto como se ha recomendado tradicionalmente. Dos raciones al día cubren un porcentaje importante de los requerimientos de calcio y hay que tener en cuenta que otros alimentos también proporcionan calcio, sobre todo legumbres, verduras y algunos frutos secos como las almendras. La leche y los yogures de soja, si están fortificados con calcio, son perfectamente válidos como alternativa a los lácteos de origen animal para las familias que lo deseen.
La población española en general, y la población infantil en particular, consume una cantidad excesiva de proteínas de origen animal
Otro mal hábito muy arraigado en la alimentación de los españoles es el consumo de cereales refinados (pan blanco, arroz blanco, pasta blanca…). La AESAN recomienda que los cereales se coman en forma integral. Los cereales integrales no solo aportan más nutrientes, sino que gracias a su contenido en fibra y antioxidantes, promueven el desarrollo de una microbiota sana y protegen frente a la diabetes y otras enfermedades crónicas.
Prevención de la obesidad
España es uno de los países con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil. Hasta el 40% de los niños y niñas en edad escolar tienen sobrepeso, y alrededor del 15%, obesidad. Varios factores contribuyen a esta epidemia: 1) el consumo cada vez más frecuente de productos ultraprocesados, ricos en sal y grasas saturadas; 2) el excesivo consumo de proteínas animales (sobre todo embutidos, otras carnes, huevos y lácteos); 3) el consumo generalizado en la infancia de alimentos azucarados (postres lácteos y leches chocolateadas, galletas, bollería, refrescos…); 4) el alto consumo de pan blanco y otros cereales refinados; 5) el bajo consumo de frutas, verduras, legumbres y frutos secos; y 6) el bajo nivel de actividad física.
Revertir esta tendencia requiere acciones en diferentes niveles. Desde la oficina de farmacia se puede aprovechar cada oportunidad que surja para concienciar a las familias de los peligros de esta forma de alimentación y para explicar y dar ejemplos de lo que debería ser una dieta saludable en la infancia.
Autora: Miriam Martínez Biarge, Médico Pediatra, www.creciendoenverde.com
Publicado en el Especial Profesional INFARMA 2023 de El Botiquín Natural.
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