Hay situaciones en las que mantener nuestra regularidad intestinal puede ser algo complicado ya sea por cambios en la alimentación o en nuestros horarios y rutinas. En verano y, especialmente cuando viajamos, todos esos cambios pueden afectar a nuestro ritmo intestinal y eso provocarnos cuando menos algo de incomodidad. Hay algunos fármacos que, puntualmente nos pueden ayudar a paliar esas alteraciones.
La diarrea del viajero o el estreñimiento o enlentecimiento del ritmo intestinal en las vacaciones no es algo extraño. Es conveniente tener previsto que esto puede suceder y llevar en nuestro botiquín algunos remedios que rápidamente pueden salvar la situación.
Estreñimiento en verano
El estreñimiento en verano puede darse por diferentes factores, muchas veces por una suma de algunos de ellos. Por ejemplo:
- Una baja ingesta de líquidos: el calor y la pérdida de líquidos favorece el estreñimiento si no lo reponemos con una adecuada ingesta de líquidos.
- Cambios de hábitos alimentarios: en ocasiones, sobre todo si viajamos, podemos estar tomando menos vegetales de lo habitual o simplemente comidas distintas que afectan a nuestro ritmo intestinal.
- Cambios de horarios: pueden afectar a nuestro hábito defecatorio haciendo que las horas en las que nuestro cuerpo está habituado a ir al baño no se respeten y se pospongan. Eso altera nuestro ritmo intestinal y muchas veces también endurece las heces.
- Cambio de lugar: a muchas personas les afecta también el hecho de estar en sitios que no son los habituales, haciendo más difícil mantener el hábito de ir al baño.
En este contexto del verano, viajes o vacaciones, el uso de los laxantes debe ser puntual para no generar una habituación a estos medicamentos. Podemos utilizar principalmente estos tipos de productos.
Tipos de lanxantes:
Laxantes estimulantes:
Estimulan mediante un pequeño proceso irritativo las contracciones en el intestino ayudando a evacuar con mayor frecuencia y con menor consistencia pues también disminuyen la absorción de líquidos y electrolitos. Suelen ser muy efectivos con resultados a las 6-12h después de ingerirlos, por lo que ser recomienda tomarlos por la noche para poder evacuar con facilidad por la mañana. Están dentro de este grupo sustancias como el bisacodilo, el picosulfato sódico, el aceite de ricino, el sen o la cáscara sagrada. Deben usarse en dosis ajustadas a conseguir el efecto pues, de lo contrario, pueden provocar dolores abdominales.
Laxantes osmóticos
Estos ayudan a retener líquido en el intestino de manera que aumentan la hidratación y el volumen de las heces facilitando su expulsión. Son sustancias como el lactitol, la lactulosa o las sales de magnesio y deben tomarse siempre con abundante agua. Su efecto puede ser más lento y suele ser algo más suave que con los laxantes estimulantes, pero son los de elección para empezar. No tienen efectos adversos importantes, aunque en algunas personas sí pueden provocar algo de gases.
Laxantes formadores de bolo
Son aquellos que por su aportación de fibra ayudan a formar heces más voluminosas y favorecen su expulsión ya que promueven el movimiento en los músculos intestinales para facilitar la defecación. El ingrediente más representativo dentro de este grupo es una planta llamada Plantago ovata que tiene un gran contenido de fibra, sobre todo soluble. Puede ser útil en personas o situaciones en las que la ingesta dietética de fibra vaya a verse realmente reducida. Es de acción un poco más lenta, a veces tarda unos días en hacer efecto, pero es el que menos efectos adversos tiene. También requiere de una buena ingesta hídrica y es recomendable separarlo de la toma de cualquier medicamento.
Y ante situaciones en las que se necesite un efecto inmediato, algunos supositorios o enemas pueden ser de gran utilidad.
Antidiarreicos
La diarrea es el aumento de la frecuencia habitual defecatoria con una pérdida de consistencia de las heces por aumento del contenido de agua en ellas. Cuando esta alteración se produce por cambios dietéticos o por alguna infección alimentaria, la diarrea suele ser aguda ya que la duración suele ser inferior a dos semanas. El trastorno no tiene importancia cuando es algo que no provoca malestar general, ni fiebre, ni sangre o mucosidad en heces. Pero sí es muy importante atajarla cuanto antes para evitar pérdida excesiva de líquidos y también alteraciones de la composición de la microbiota intestinal. Por eso es muy importante que en primer lugar se asegure una buena ingesta hídrica con agua, líquidos de reposición de agua y electrolitos (sueros fisiológicos) o caldos e infusiones. Además, para cortar la diarrea podemos utilizar algunos fármacos que ayudarán de forma muy rápida y eficaz como por ejemplo la loperamida que inhiben la motilidad intestinal, el subsalicilato de bismuto o el carbón activo.
La loperamida es un inhibidor del peristaltismo intestinal, derivado del opio y actúa como un estimulante de los receptores opioides del sistema nervioso produciendo efectos astringentes. Este tipo de fármacos aumentan el tiempo de tránsito intestinal y la absorción de agua, además de reducir los movimientos del intestino. Aunque todos los opioides, como la codeína y la morfina, tienen efecto astringente, no se utilizan como antidiarreicos por su potente efecto sobre el sistema nervioso central. Este no es el caso de la loperamida pues no atraviesa la barrera hematoencefálica, y por ello no tiene efecto analgésico ni adictivo, pero sí gran capacidad antidiarreica. Además, incrementa el tono del esfínter anal, cosa que ayuda a disminuir la incontinencia a ese nivel durante los procesos diarreicos. La loperamida es normalmente muy bien tolerada siendo mínimas las reacciones adversas. En ocasiones es difícil distinguir entre los efectos secundarios del fármaco y los problemas asociados a la propia diarrea, sin embargo, al tomarla pueden darse dolores abdominales y también somnolencia, náuseas y vómitos. En algunos casos no es recomendable tomarla, por ejemplo, en algunas diarreas infecciosas en las que interese la eliminación de las toxinas producidas por algunas bacterias. Si la diarrea va asociada a un proceso infeccioso es mejor consultar con un médico antes de tomar ningún medicamento.
El subsalicilato de bismuto tiene una eficacia antidiarreica inferior a la de los opiáceos como la loperamida, pero es útil en el tratamiento y la prevención de la diarrea del viajero. Disminuye la secreción intestinal estimulada por toxinas bacterianas, reduce el número de deposiciones y alivia sintomáticamente las náuseas y el dolor abdominal. Parece ser que el salicilato liberado actúa como antiinflamatorio y el bismuto como bactericida. Deben vigilarse sus posibles efectos secundarios debidos a la acción irritante gastrointestinal del salicilato y neurotóxica del bismuto, además de su capacidad de teñir de negro las heces. Por eso no es el producto de elección ante una diarrea.
Los adsorbentes como el carbón activo o el tanato de albúmina también suelen ser recomendados como productos para ayudar en las diarreas. Actúan mediante un proceso físico de adsorción, captando incluso las toxinas bacterianas que pudieran estar presentes en el intestino, evitando así su acción nociva sobre la mucosa. En general, no son los productos más rápidos a la hora de parar un proceso diarreico, tienen poco efecto en la reducción de la cantidad de heces y frecuencia de las deposiciones, aunque sí ayudan a mejorar su consistencia.
Y en ocasiones, cuando la diarrea es leve y solo se caracteriza por una menor consistencia de las heces sin un aumento de la frecuencia deposicional, puede usarse también el Plantago ovata puesto que su fibra ayudará a mejorar la formación del bolo fecal.
En cualquier caso, es muy recomendable, después de un episodio de diarreas, tomar algún tipo de producto probiótico para ayudar a restablecer la microbiota intestinal que, sin duda, habrá quedado afectada. Estos productos a base de algunos microorganismos como Lactobacillus reuteri, Lactobacillus GG, Bifidobacterium, Saccharomyces boulardii, etc, también son muy recomendables dentro de nuestro botiquín de verano.
Así, en verano o en momentos vacacionales o viajes es interesante tener a mano en el botiquín soluciones rápidas que puedan aliviarnos del estreñimiento o de la diarrea, como el magnesio o la loperamida respectivamente, además de unos probióticos para restablecer el equilibrio perdido.
Autora: Dra. Laura I. Arranz, Farmacéutica y Dietista- Nutricionista
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