En muchas ocasiones nos surge la duda, después de sufrir una lesión, ya sea una caída, una torcedura, un golpe, ¿qué me debo aplicar? ¿frío o calor?  Intentaremos aclarar estas dudas.

¿Cuándo aplicamos frío o calor?
123rf Limited©Chutima Chaochaiya

Aplicar calor o frío

La crioterapia, también conocida como terapia del frío, es el uso local o general de temperaturas bajas, para tratar una variedad de lesiones en los tejidos. La termoterapia consiste en el tratamiento de una lesión mediante el uso de calor (temperatura superior a la del propio cuerpo).

Crioterapia (terapia del frío)

¿Cómo se aplica?

Lo ideal son las bolsas de gel (cold-pack) que se congelan (habitualmente son bolsas de calor y frío), o los cubitos de hielo machacados y envueltos en una servilleta, o incluso una bolsa de guisantes congelados, que es más moldeable. Nunca aplicarlo directamente sobre la piel, ya que puede producir quemaduras. También podríamos recurrir a toallas húmedas refrigeradas, sprays de frío, geles y, por supuesto, baños de agua fría.

¿Qué efectos tiene?

Disminución del dolor (efecto analgésico) y de la inflamación (efecto antiinflamatorio) al reducirse el flujo sanguíneo en la zona, favoreciendo a su vez la recuperación de los tejidos.

¿En qué situaciones debe aplicarse?

Se aplica frío en el caso de que la lesión acabe de producirse, es decir durante la fase inflamatoria aguda, las primeras 48-72 horas. Se utiliza mucho en el ámbito deportivo, tanto de forma preventiva -para reducir las molestias después de actividad física intensa, como terapéutica, para aliviar los síntomas de contusiones, esguinces, torceduras, luxaciones, “tirones” musculares, traumatismos sin herida abierta, fracturas, etc.

Se aplica frío en el caso de que la lesión acabe de producirse, es decir durante la fase inflamatoria aguda

¿De qué manera?

Las aplicaciones se harán de forma discontinua. Como norma general, entre 10- 15 minutos de aplicación en una zona localizada, después retiramos el frío de la zona y lo volvemos a aplicar pasadas dos horas de descanso (si es posible con la extremidad elevada). Menos tiempo provocará poco (o ningún) efecto.

¿Cuándo NO debemos utilizar el frío?

No es aconsejable si ya han pasado 72 horas o más desde la lesión, tampoco en caso de hipersensibilidad al frío, en caso de problemas circulatorios, o antes de realizar la actividad física.

Termoterapia (aplicación de calor)

¿Cuándo debe ponerse calor?

Se usa habitualmente en contracturas musculares o acumulación de tensión en la zona y para aliviar un dolor articular (cervical, lumbar, …), en tendinitis crónicas y artrosis (si no hay inflamación en la zona). En caso de traumatismos como esguinces, torceduras, distensiones, etc., el calor debe aplicarse después de la fase aguda (es decir, transcurridas al menos 72 horas desde la lesión).

¿Qué efectos tiene?

El calor contribuye a la relajación de la tensión muscular, reduce el dolor y la inflamación y aumenta el flujo sanguíneo. Al aplicar calor se produce una dilatación de los vasos sanguíneos que facilita la llegada de oxígeno y nutrientes a los músculos y articulaciones, reduciendo el dolor. Ayuda a relajar el sistema nervioso y disminuye el estrés que es uno de los factores más importantes en algunos de los problemas que transcurren con dolor muscular.

¿Cómo aplicarlo?

Podemos utilizar las bolsas de gel (cold pack) que pueden calentarse en el microondas, o compresas húmedas calientes, la clásica bolsa de agua caliente o la esterilla eléctrica, bolsas de arena, arroz o semillas calientes (calentadas al microondas), verificar siempre que la temperatura esté entre 38 y 45º para evitar el riesgo de quemaduras, y colocar siempre una toalla o paño entre la fuente de calor y la piel. La duración de la aplicación debe ser de entre 10- 20 minutos, repetir a las dos horas y revisar la piel para comprobar que no se hayan producido quemaduras.

El calor contribuye a la relajación de la tensión muscular, reduce el dolor y la inflamación y aumenta el flujo sanguíneo

Precauciones que hay que tomar

Atención con las esterillas eléctricas, ya que los modelos antiguos no están provistos de control de tiempo y temperatura, con el consiguiente riesgo de quemaduras.

¿Cuándo NO debemos utilizar el calor?

No aplicar calor mientras exista inflamación, es decir, la zona se encuentre enrojecida, caliente e hinchada. Tampoco en casos de alteración de la sensibilidad o procesos infecciosos, flebitis, varices, cardiopatías descompensadas e hipotensión grave.

Tener presente que…

Estos son consejos generales y cada persona es única. En caso de duda consultar siempre con un profesional de la salud. Tu farmacéutico/a está muy cerca de ti.

Autora: Dra. Marta Castells, Farmacéutica

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