El acné es una pesadilla para un adolescente. Bien sean puntos blancos, puntos negros, espinillas, quistes y nódulos, estas formas de acné en algún momento de nuestra vida los hemos padecido. Es la enfermedad cutánea más común, que ocurre normalmente en la pubertad y adolescencia. Se experimenta generalmente en un periodo comprendido entre los 12 y 24 años. Es muy corriente, la padece en mayor o menor grado el 85 por ciento de las personas de esa franja de edad.

acne adolescencia
123rf Limited©kathleen77

¿Qué es el acné?

No siendo peligroso el acné, en algunos casos sí que tiene consecuencias adversas. Puede dejar marcas y cicatrices en la piel. Es una afección inflamatoria crónica que se manifiesta en la cara, los hombros, la espalda, el cuello, el pecho y la parte alta de los brazos.

Se trata de una enfermedad de la piel que afecta a las glándulas sebáceas situadas en la base de los folículos pilosos. Los folículos son los encargados de conectar las glándulas con los poros. A través de ellos se excreta el producto de las glándulas sebáceas, el sebo. La función del sebo es la de recoger y transportar los desechos generados en la glándula, y conducirlos por el folículo hasta eliminarlos por los poros de la piel. Cuando los folículos se bloquean, la grasa, junto a células muertas, se acumula produciéndose entonces la infección bacteriana. La causante de dicha infección es Propionibacterium acnés, bacteria que vive en la piel y que ayuda a mantenerla sana. Como consecuencia de la acumulación de sebo se produce la rotura de las paredes celulares del folículo, originándose la proliferación bacteriana. El resultado es la infección cutánea con inflamación e hinchazón de la piel.

Factores hormonales

El acné tiene origen multifuncional. Los cambios hormonales en pubertad y adolescencia, así como la menstruación, lo desencadenan. Pero existe un componente genético que predispone a padecerlo e incrementa el riesgo. El estrés emocional también propicia la enfermedad. Así mismo, el uso de medicamentos y cosméticos son también responsables de su aparición.

Se trata de una enfermedad de la piel que afecta a las glándulas sebáceas situadas en la base de los folículos pilosos

El origen principal de la enfermedad es un aumento en los niveles de andrógenos, que actúan sobre las glándulas sebáceas haciendo que crezcan, se agranden y comiencen a producir sebo en exceso. Los andrógenos son las hormonas masculinas. Sus niveles aumentan cuando comienza la pubertad, y, en las mujeres, son los precursores de los estrógenos, las hormonas sexuales femeninas. Un segundo factor generador de acné es el estrés emocional. En las situaciones de estrés se produce un aumento de los niveles de andrógenos.

Tratamientos

El acné se puede tratar sin mayor problema. En función de la gravedad de la afección podemos abordarlo con distintos tratamientos. Si nos enfrentamos a un caso de acné grave es necesario recurrir al dermatólogo para que paute un tratamiento. En estos casos no se puede descartar el uso de antibióticos para ayudar a su desaparición. En los casos de acné leves o moderados, como son la gran mayoría, contamos con remedios naturales que permiten equilibrar los niveles de grasa de la piel, combatir las bacterias causantes y reducir la inflamación cutánea. Un remedio eficaz es tratarlo usando extractos de plantas y adoptando cambios en el estilo de vida. Una alimentación antiinflamatoria, un buen aporte de vitaminas A y E, de zinc, hacer ejercicio de forma habitual, y regular los niveles de estrés ayuda a combatir la enfermedad y evita el riesgo de su agravamiento.

Es una afección inflamatoria crónica que se manifiesta en la cara, los hombros, la espalda, el cuello, el pecho y la parte alta de los brazos

Entre los remedios naturales para combatir el acné leve y moderado está el uso de aceite del árbol de té. Este aceite se extrae de las hojas del árbol Melaleuca alternifolia, es un antibacteriano y un antiinflamatorio natural que actúa eficazmente sobre P. acnes. Su aplicación de forma tópica en la piel ayuda a reducir la hinchazón y reduce el enrojecimiento. La forma del gel al 5% es muy efectiva, evitando los problemas de sequedad, irritación y ardor que los fármacos producen. Otro tratamiento eficaz es usar aceites esenciales, que, por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, ayudan a eliminar los granos y espinillas rápidamente. Los aceites esenciales de lavanda, romero, albahaca, canela, clavo, limoncillo y rosa son efectivos para combatir las bacterias causantes. El aceite de jojoba, la equinácea y el aloe vera son eficaces contra el acné. Sus componentes tienen propiedades antinflamatorias, reduciendo el enrojecimiento y la hinchazón de la piel. También facilitan la recuperación de la zona afectada favoreciendo la cicatrización rápida de las lesiones producidas.

Autor: Raúl Martínez, Dietista-Nutricionista, biólogo

Suscríbete a la Newsletter y recibe El Botiquín Natural gratis cada mes en tu correo

El Botiquín Natural, Prensa Independiente y Gratuita
Leer
El Botiquín Natural Febrero 2022