La tartamudez es un trastorno del ritmo del habla que afecta a la fluidez de las palabras caracterizado por frecuentes repeticiones, interrupciones o prolongaciones de sonidos, sílabas o palabras.

Interrupciones de la fluidez del habla
Las personas que tartamudean saben lo que quieren decir, pero tienen dificultades para decirlo. Por ejemplo, pueden repetir o prolongar una palabra, una sílaba, una consonante o una vocal. O bien, es posible que hagan pausas mientras hablan porque han llegado a una palabra o sonido problemático. Estas interrupciones de la fluidez del habla se acompañan normalmente de tensión muscular en cara y cuello, miedo y estrés.
No existen dos tartamudos iguales, ni una uniformidad en las causas que provocan la tartamudez. Para algunos científicos que una persona tartamudee no tiene por qué asociarse a ningún trastorno psicológico o a un coeficiente intelectual por debajo de la media. Sin embargo, otros muestran que existe una inmadurez emocional, afectiva y sentimental. Este déficit de maduración del sistema nervioso central estaría influido por factores ambientales y personales. Ante todo, creo que deberíamos pensar que son personas normales que simplemente tienen una forma diferente de hablar.
Deberíamos pensar que son personas normales que simplemente tienen una forma diferente de hablar
¿Cuántas personas tartamudean en España?
Según datos de la Fundación Española de la Tartamudez, en nuestro país tartamudean de forma habitual alrededor del 2% de adultos y 5% de los niños, que representan unas 800.000 personas. En todo el mundo cerca de 80 millones padecen este trastorno. Es más frecuente en hombres (75%) que en mujeres (25%).
¿Cómo se manifiesta el tartamudeo?
Las manifestaciones más habituales son: Dificultad para comenzar una palabra, frase u oración. Prolongación de una palabra o sonido dentro de una palabra. Repetición de un sonido, sílaba o palabra. Silencio breve para ciertas sílabas o palabras, o pausas dentro de una palabra. Uso de palabras adicionales como «eh…» en caso de dificultad para continuar con la siguiente palabra. Tensión excesiva, rigidez o movimiento de la cara o la parte superior del cuerpo para pronunciar una palabra. Ansiedad al hablar. Dificultad para comunicarse bien. Estas dificultades pueden estar acompañadas por: Parpadeo rápido, temblor de los labios y la mandíbula, tics faciales, movimientos de cabeza y puños cerrados.
En muchos casos la tartamudez es variable y aparece o empeora únicamente en determinadas situaciones por lo general estresantes (hablar en público, por teléfono, etc.). También puede empeorar cuando la persona está emocionada, cansada, o cuando se siente cohibida, o presionada. Sin embargo, curiosamente, la mayoría de las personas que tartamudean pueden hablar sin tartamudear cuando hablan consigo mismas, cuando imitan a otra persona, cuando cantan e incluso cuando hablan otro idioma.
¿Por qué se produce el tartamudeo?
La tartamudez sigue planteando interrogantes que la ciencia aún no ha podido resolver. No se conocen exactamente las causas, pues se cree que son varios los factores que influyen en su aparición. Uno de ellos podría ser anomalías en el control motor del habla que pueden provocar fallos en la coordinación temporal, sensorial y motora, y también podrían intervenir factores genéticos. El tartamudeo tiende a ser hereditario, parece ser que determinadas mutaciones genéticas están asociadas con el tartamudeo.
En muchos casos la tartamudez es variable y aparece o empeora únicamente en determinadas situaciones por lo general estresantes
Existe otro tipo de tartamudeo, el tartamudeo neurogénico, que aparece después de un traumatismo o un accidente cerebrovascular que producen una lesión en el cerebro que afecta a la zona del habla.
Aun no siendo una persona tartamuda, la fluidez del habla puede afectarse en determinadas situaciones estresantes. Esto es normal, el problema es cuando estas disritmias (alteraciones del ritmo) se repiten muy a menudo y dificultan la comunicación con los demás.

Tartamudeo infantil
La tartamudez es frecuente en los niños pequeños como un aspecto habitual del aprendizaje del habla. Entre los 2 y los 5 años, no es extraño que se produzca en los niños algún bloqueo o repetición de palabras cuando quieren hablar. Sus capacidades del habla o del lenguaje no se han desarrollado lo suficiente como para seguir el ritmo de lo que quieren decir. Esta llamada «tartamudez evolutiva» por la que pasan algunos niños (alrededor del 5 al 10%) es algo puntual durante su desarrollo comunicativo, se corrige sola, sin ningún tratamiento ni terapia extra, lo habitual es que desaparezca después de semanas o pocos meses y que el desarrollo del lenguaje vuelva a ser normal.
La tartamudez es frecuente en los niños pequeños como un aspecto habitual del aprendizaje del habla
También es muy característico en los niños tener problemas de fluidez intermitente que se desencadenan ante situaciones concretas, por ejemplo; cuando el niño está emocionado, cansado o tiene que hablar con desconocidos, hacer una exposición en público, etc., y que ceden una vez que desaparece el factor estresor. En esos momentos es importante no llamar la atención sobre su alteración en el habla. Se debe prestar más atención a lo que dice, que a cómo lo dice, evitando mostrar impaciencia o ansiedad, y no reñir, interrumpir o criticar su forma de hablar. Si el tartamudeo persiste, puede necesitar tratamiento para mejorar la fluidez al hablar. Por todo ello, es sumamente importante la preparación de todos los que rodean al niño, desde los padres a los profesores y a los profesionales de la salud para poder detectar pronto este trastorno, y de esta forma prevenirlo y tratarlo cuanto antes.
¿Cómo se diagnostica?
Para hacer un diagnóstico correcto de este trastorno es necesario un profesional en logopedia. Diferenciará si es un problema puntual o un trastorno crónico, mediante diversas pruebas y entrevistas para recomendar el tratamiento más adecuado. Un diagnóstico precoz facilita una intervención temprana y mejora los resultados.
Los aspectos a tener en cuenta contemplan: si el tartamudeo dura más de seis meses, si ocurre simultáneamente con otro problema del habla o del lenguaje, si se vuelve más frecuente o continúa a medida que el niño crece, si manifiesta tics o movimientos involuntarios en la cara al hablar, si le afecta la capacidad de comunicarse eficazmente en la escuela, en el trabajo o en las interacciones sociales, si le causa ansiedad o problemas emocionales como miedo o rechazo de situaciones en las que tenga que hablar, así como la edad de inicio del tartamudeo.
El tratamiento va encaminado a mejorar la fluidez del habla y las habilidades comunicativas
Tratamiento
El tratamiento va encaminado a mejorar la fluidez del habla y las habilidades comunicativas. En el caso de los niños es muy importante que el tratamiento si es necesario se inicie lo más temprano posible para minimizar el riesgo de cronificación. En la actualidad, existen varios tratamientos encaminados a que los pacientes logren hablar con más soltura, a comunicarse de un modo más eficaz y a que participen activamente en su vida diaria, ya sea en el colegio, en el trabajo o en sus relaciones sociales. Y es que, la mayor complicación de la tartamudez es que el temor a hablar le afecte a la autoestima, sean objeto de burlas y le lleve a un aislamiento social.
Entre las terapias más utilizadas encontramos: Terapia del habla. Psicoterapia cognitiva-conductual. Mejorar la interacción padres-hijos. Utilizar dispositivos electrónicos. Diversos medicamentos se están estudiando para valorar su efectividad en la mejoría del tartamudeo. Es posible que el tratamiento no elimine el tartamudeo por completo, pero ayudará a mejorar la fluidez al hablar y a lograr una comunicación eficaz.
Cuando interactúas con una persona que tartamudea, trasmítele que lo importante es lo que dice, no cómo lo dice
¿Qué debes hacer cuando interactúas con una persona que tartamudea?
Estrategias de apoyo:
- Evita hacer comentarios tales como: «habla más despacio», «no te pongas nervioso», «tómate tu tiempo», «respira hondo», «piensa antes de hablar», etc.
- No la interrumpas, no la ayudes a completar las palabras ni las frases.
- Mantén el contacto visual sin avergonzarte ni reírte de la situación. No mirar hacia otro lado.
- Háblale con un ritmo pausado y tranquilo.
- Respeta los turnos de palabra; hace que la escucha sea más eficaz.
- Trasmítele que lo importante es lo que dice, no cómo lo dice.
- No la felicites cuando salga de un bloqueo o hable con fluidez.
- Compórtate como lo harías con cualquiera otra persona, respetándola.
Consulta a tu farmacéutico/a está muy cerca de ti. *La información contenida en esta página tiene carácter divulgativo y no pretende sustituir el consejo médico. Ante cualquier duda, consulte con un profesional de la salud.
Autora: Dra. Marta Castells, Farmacéutica
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