El yoga data de un tiempo en el que las personas vivían de forma natural, sin el maleficio de la civilización moderna. Los sabios de la India, viendo que todo el mundo tiene que enfrentarse a la muerte, a la vejez y a la enfermedad, dirigieron su atención a buscar un remedio para estas condiciones, no solo para que la existencia del ser humano en la tierra fuera un continuo estado de felicidad, sino también para que el paso de la muerte pudiera efectuarse sin dolor y de forma plenamente consciente. Comparados con el hombre primitivo, nosotros somos verdaderas piltrafas físicas y mentales; de ahí que la necesidad de practicar el yoga sea tan importante hoy en día.

¿Cuál es la finalidad del Yoga?
123rf Limited©Ekaterina Vasina. Conjunto de asanas de yoga.

El yoga aspira a eliminar de raíz todas las enfermedades

La ciencia del yoga tiene dos aspectos: el físico y el espiritual. Para un yogui, salud significa ausencia de enfermedad y vejez, puesto que vejez y muerte son el inevitable resultado de la enfermedad. El yoga aspira a eliminar de raíz todas las enfermedades y trascender a la muerte. Es interesante notar esta diferencia básica entre el pensamiento Oriental y Occidental.

La medicina Ayurvédica, que se viene practicando y perfeccionando en la India desde hace más de 3.000 años, define la auténtica medicina como la que cura la enfermedad y no da lugar a otro tipo de reacciones o enfermedades físicas o mentales. Y califica de medicina impura a la que suprime los síntomas de la enfermedad, pero a la vez da lugar a otro tipo de reacciones.

La filosofía yóguica

El yoga propone una manera de vivir sana y natural que, si es seguida, beneficia a todo el mundo. Aboga por un retorno a la vida natural con preferencia sobre los hábitos de vida que hemos desarrollado.

Más allá de una serie de ejercicios en los que cada cual retuerce su cuerpo y se pone cabeza abajo, o se sienta con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, la filosofía yóguica enseña que el ser humano no es su cuerpo, ni su mente, ni sus sentidos, ni su intelecto, sino que guarda dentro de sí un tesoro de dicha infinita, y que su único deber en la tierra consiste en encontrarlo y realizarlo. Aunque no seamos solo nuestro cuerpo, sí que lo utilizamos como instrumento en el viaje hacia la perfección.

La filosofía yóguica enseña que el ser humano no es su cuerpo, ni su mente, ni sus sentidos, ni su intelecto, sino que guarda dentro de sí un tesoro de dicha infinita

Así, el cuerpo es como una colección de vestidos que el espíritu se pone y se quita a medida que se van estropeando, y aunque el yogui concede gran cuidado y atención al cuerpo físico, va más allá de este punto, y pone el cuerpo bajo el control de la mente, utilizando finalmente a ambos para sus más elevados propósitos espirituales.

Koshas: los Cinco Cuerpos

Los yoguis no conocen solamente el cuerpo físico y sus funciones, sino que van más allá y operan también con los cuerpos sutiles. Afirman que el ser humano se compone de Cinco Cuerpos.

  • El primero es el cuerpo físico, Annamaya kosha, que todos conocemos, compuesto de cinco elementos, que son la tierra, el agua, el aire, el fuego y el éter.
  • El segundo es el llamado Pranamaya kosha y está compuesto por diez elementos: cinco pranas, o energías vitales (prana, apana, samana, udana y vyana) cuyas funciones son respiración, eliminación, digestión, descomposición del cuerpo en la muerte y circulación sanguínea respectivamente; y cinco órganos de acción (boca, manos, pies, ano y genitales), cuyas actividades son hablar, coger, caminar, evacuar y generar.
  • El tercer cuerpo se llama Manomaya kosha, compuesto por siete elementos: cinco órganos de conocimiento, vista, oído, olfato, gusto, tacto (éstos dan lugar a los órganos físicos), por la mente consciente y por el subconsciente.
  • A continuación viene el cuerpo llamado Viñanamaya kosha, compuesto por dos elementos, el intelecto, llamado también Buddhi en sánscrito, y el ego o Ahamkara.
  • El quinto y último cuerpo es el llamado Anandamaya kosha o cuerpo causal, porque es el causante de los otros cuatro, y es el cuerpo con el que experimentamos la dicha.
yoga nadis
Representación de los nadis en un grabado antiguo

Cuerpo físico, astral y causal

Estos cinco cuerpos o vehículos se agrupan en tres: el cuerpo físico, el astral y el causal, como podemos ver en el gráfico. El cuerpo físico está formado solo por el material. El cuerpo astral está formado por el vital, mental e intelectual (pramanaya, manomaya y viñanamaya kosha). Y el causal posee el último, el vehículo de bienaventuranza.

  • En el estado de vigilia funcionan los cinco vehículos.
  • En el estado de sueño ligero (recordemos que los yoguis –al igual que la ciencia occidental– distinguen entre sueño profundo y sueño ligero), el cuerpo físico no trabaja nunca, de tal manera que el hombre actúa solo con cuatro. Lo mismo ocurre bajo los efectos del cloroformo.
  • En el estado de sueño profundo solo actúa el vehículo de bienaventuranza o anandamaya kosha.

Todo esto, ¿para qué?

Con los sentidos el ser humano conoce el mundo exterior. Pero a medida que evoluciona se va dando cuenta de que todas las experiencias sensoriales son parecidas, puesto que vienen, se tienen, y se van, y que a la larga producen sufrimiento. No encuentra respuesta a las eternas preguntas de ¿quién soy yo? o ¿cuál es el propósito de la vida?

Los yoguis afirman que estos diferentes cuerpos son agentes limitadores de la pura conciencia, o Upadhis. De ahí maneras con significado tan profundo como «Soham» (Yo Soy): no soy fulanito de tal con un cuerpo físico muy potente, ni fulanito de cual, con increíbles sentimientos, ni una persona de buenos pensamientos, ni uno que ha obtenido grandes logros intelectuales, sino simplemente «Yo Soy».

El apego al cuerpo físico no aporta más que dolor, puesto que los logros musculares decaerán más pronto o más tarde. Y lo mismo puede decirse del apego a los demás cuerpos. Únicamente desembarazándose de la esclavitud de estos cuerpos puede alcanzarse la libertad.

El apego al cuerpo físico no aporta más que dolor, puesto que los logros musculares decaerán más pronto o más tarde

En el yoga se proponen una serie de prácticas para purificarse como veremos próximamente. Al depurar el cuerpo físico, también se limpian el cuerpo astral y los nadis.

Los nadis

De la misma manera que la sangre fluye por las venas y arterias en el cuerpo físico, los yoguis hablan de unos conductos de materia sutil en el cuerpo astral, por donde fluye la energía o prana. Estos canales son los nadis y son muy numerosos. Algunos autores dicen que tenemos unos 72.000 y otros citan 350.000 (Shiva Samhita). Pero tampoco hay que tomarlo al pie de la letra: ¡no se sabe quién los ha contado!

El buen funcionamiento de los órganos del cuerpo depende de que la energía fluya libremente por estos nadis, y fluirá más libremente cuantas menos impurezas tengan. No solo las toxinas en el cuerpo físico constriñen e irritan a los nadis, sino también las «impurezas emocionales», como el miedo, la avaricia, la cólera, la ira, los celos, la lujuria, el odio, etc.

Asanas de yoga

Las asanas (posturas) de yoga no solo sirven para masajear las distintas partes del cuerpo, e irrigar con sangre nueva y fresca todas las células sedientas y reponer la simetría y fortaleza en el cuerpo, sino que también equilibran todo el fluido de energía en los nadis.

De ahí el estado feliz, agradable y tranquilo que se experimenta después de una buena sesión de asanas. Un buen yogui nunca se siente cansado después de sus posturas, ya que ha liberado toda la energía que tenía acumulada en los músculos y articulaciones después de invertir el mínimo de energía, dado que los ejercicios se realizan con la máxima concentración, muy lentamente y sin espíritu de competitividad.

Autor: Jaume Rosselló, Editor especializado en salud y alimentación

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