En cosmética natural, azul es sinónimo de agua, y marina, de agua de mar. Por tanto, la cosmética azul marina, es una forma innovadora de aprovechar los recursos marinos, principalmente las algas.
Beneficios de la cosmética azul marina y las algas
Nos ayudan a estimular la circulación sanguínea, por eso suelen emplearse en cosméticos anticelulíticos. Además, son capaces de aumentar la elasticidad de los tejidos, y de ralentizar el envejecimiento prematuro de la piel.
Aportan sales minerales, aminoácidos, vitaminas A, C, B1, B12, E, K, D y oligoelementos que promueven la regeneración de los tejidos.
¿Cómo se cosechan las algas?
Se cosechan entre junio y noviembre, que es la época en la que termina su ciclo vital. Resultan útiles aquellas que flotan dentro del mar. Se desechan las expuestas al sol y las que son arrastradas a la orilla por la marea y el viento.
Su recolección está permitida ya que su cultivo se hace especialmente complejo. Además, la demanda es reducida y no pone en riesgo su conservación natural.
¿Qué hacer tras la cosecha?
Lo primero es seleccionar las partes que están en mejor estado, desechando manualmente las partes deterioradas, con manchas, y con señales de ataque de insectos y/o hongos.
Después, es recomendable lavarlas con agua de mar. Pero la parte más importante es la del secado, mediante el cual se reduce la humedad a un 5-12%, perdiendo entre un 70 y un 80% de su peso.
El secado interrumpe los procesos de degradación de las algas causados por enzimas o fermentos. Además, impide que se oxiden y que desarrollen microorganismos. Sin embargo, si este proceso involucra calor, pueden degradarse las sustancias volátiles y termolábiles. Por eso, la mayoría de las algas deben ser secadas colgadas en un tendedero a la sombra, con viento, y no ser expuestas durante la noche. Si es necesario dar un toque de calor pueden ser secadas a una temperatura de 50ºC en un horno abierto.
Una vez secas, las guardaremos en envases herméticos, en un lugar seco y evitando el contacto con el sol directo, el polvo o los insectos. Etiquetaremos cada envase con el nombre científico del alga, la parte usada, la fecha de recolección, y el origen.
Las algas portan sales minerales, aminoácidos, vitaminas A, C, B1, B12, E, K, D y oligoelementos que promueven la regeneración de los tejidos
¿Cómo extraemos los activos de las algas?
Trituraremos el alga seca hasta convertirla en polvo. Y la maceraremos durante un máximo de 4 horas y un mínimo de 2, en un solvente a elegir entre:
- Agua a menos de 80ºC
- Extracto alcohólico: 50% agua + 50% alcohol 96º, sin sobrepasar los 36ºC
- Extracto glicerinado: 50% agua + 50% glicerina vegetal líquida, a unos 50ºC sin sobrepasar los 80ºC
La proporción alga/solvente puede ser 1: 20 o 1:10, es decir, por cada parte de alga seca, 20 partes de solvente, o por cada parte de alga seca, 10 de solvente. Por ejemplo, por cada 50 gramos de alga seca molida para 1000 gramos, o lo que es lo mismo, 1 kg de solvente.
Podemos prepararlo en un recipiente al baño maría controlando la temperatura durante todo el proceso, o podemos utilizar un Thermomix, o similar. De este modo podemos programar 2 horas, a velocidad cuchara o mínima, a los grados que necesitemos según el solvente utilizado.
- Tras haber transcurrido el tiempo de maceración, colaremos el líquido con un colador de tela limpio un par de veces, o las necesarias, hasta conseguir que quede completamente libre de algas en polvo.
- Una vez obtenido el extracto, lo envasaremos en un recipiente hermético desinfectado previamente, y lo etiquetaremos con el nombre científico del alga, el lugar y la fecha de recolección, el tipo de solvente, la temperatura, el tiempo de extracción, la fecha de fabricación y la caducidad.
- Si el solvente elegido es sólo agua lo guardaremos en la nevera o en el congelador. En la nevera dura un máximo de 7 días. En el congelador hasta 2 años.
- Si el macerado contiene al menos un 20% de glicerina o de alcohol en el solvente, no es necesario mantenerlo en frío o congelado, ya que ese porcentaje tiene capacidad conservante y bactericida, aunque debemos tener la precaución de no exponerlo a temperaturas extremas, ni a cambios térmicos bruscos. Bien conservado puede durar un año.
El secado interrumpe los procesos de degradación de las algas causados por enzimas o fermentos
Cómo utilizar las algas en casa para el cuidado de la piel
Tenemos dos opciones como punto de partida. La primera, cosechamos tal y como os comento al principio. La segunda, compramos algas secas en una tienda ecológica, o en un herbolario, y así ya comenzamos en el punto de cómo extraer los activos de las algas. Aquí os dejo dos propuestas para hacer en casa.
Tónico facial marino
- 2 gramos de alga seca pulverizada
- 20 gramos de agua
- 20 gramos de agua de mar
Hervimos agua, y esperamos unos segundos a que baje de temperatura. Añadimos el polvo de algas y esperamos a que se enfríe. Filtramos la mezcla y añadimos el agua de mar. Removemos, y metemos el líquido resultante en la nevera. Pulverizamos sobre el rostro limpio, tantas veces al día como se desee. Conservaremos durante un máximo de 7 días. Transcurrido este tiempo debemos desechar el producto. Si vemos que nos va a sobrar, antes de tirarlo, también podemos impregnar un algodón y aplicarlo sobre cualquier parte del cuerpo.
Gel para piernas cansadas
- 5 gramos de extracto alcohólico o glicerinado de algas
- 93,5 gramos de gel de aloe vera
- 1 gramos aceite esencial de ciprés
- 0,5 gramos aceite esencial de menta piperita
Mezclamos todos los ingredientes, removiendo bien cada vez. Envasamos y utilizamos en el plazo de un mes. Masajear con el gel las piernas y los pies siempre que los sintamos cansados o pesados, y antes de realizar ejercicio físico.
Autora: Victoria Moradell, Licenciada en periodismo, máster en dermofarmacia y formulación cosmética
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